1. La carne, a temperatura ambiente
Retira la carne de la nevera hasta 2 horas antes de introducirla en el horno. Esto esto va a permitir que le dé el tiempo necesario para alcanzar la temperatura ambiente y así pueda cocinarse de una manera uniforme.
2. Precalienta el horno
Este truco ya está muy extendido y es que es fundamental. Pon a precalentar el horno y que el asado comience ya con la temperatura adecuada. El golpe de calor va a provocar que se forme una pequeña costra y por lo tanto, los jugos van a permanecer dentro de la propia pieza mientras se asa.
3. Sella antes la carne
Relacionado con el punto anterior, esta es otra forma de mantener los jugos dentro de la pieza. Además, la superficie quedará dorada y mucho más atractiva. SI decides sellar la carne, los tiempos de cocción van a cambiar, porque el exterior ya estará hecho y solamente quedará por que se vaya cocinando el interior.
3. No sales antes de tiempo
Un consejo que damos y que es poco seguido por nuestros clientes, es el de evitar salar la carne antes de introducirla al horno. Si se le aplica sal, esta extraerá los jugos que están presentes en la superficie y hará que la carne esté más seca. Por lo tanto, es mejor sazonar una vez servido e incluso que cada comensal se sirva al gusto.
4. Acuérdate de los huesos
Para cocinar una carne al horno en su punto, tienes que tener en cuenta si esta tiene partes con hueso o no. Este es un dato importante, ya que lo huesos son conductores del calor y una mala elección de temperatura puede arruinar tu asado. De este modo, tendrás que controlar las temperaturas y tiempos para la carne con hueso y la deshuesada.
6. Utiliza un termómetro
Mantenerte al tanto de la temperatura de la carne es fundamental. Para ello existen termómetros diseñados para tal fin. El mejor de ellos es sin duda el termómetro de lectura instantánea. Deberás introducirlo en la parte más gruesa de la carne, lejos de hueso, grasa o cartílago.
7. Deja reposar y desglasa
Antes de cortar la carne para servirla, déjala reposar por lo menos 20 minutos después de sacarla del horno, para permitir que la carne reabsorba los jugos. Por otro lado realiza, lo ideal es que realices un desglasado. Esta técnica consiste en recuperar todos los jugos de la bandeja. A partir de ellos realizaremos una exquisita salsa echándole un vaso de vino, un poco de caldo y maicena diluida.